Perfectos by Cecelia Ahern

Perfectos by Cecelia Ahern

autor:Cecelia Ahern [Ahern, Cecelia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2017-04-04T04:00:00+00:00


43

—¡Señor Berry!

Le tiro del brazo para captar su atención. Sus ojos muertos no se apartan del televisor, y no creo que sea porque le interese especialmente el debate. Tiene la mirada de un drogado. Parece un anciano. Su rostro es más joven que el resto de su cuerpo, pero lo parece menos sin su habitual colorete y su corrector de ojeras. Da la impresión de que el cuello apenas puede sostenerle la cabeza.

Miro el sillón vecino y veo a Pia Wang. La hermosa Pia Wang que intentaba ayudarme. Tiene la misma mirada distante y el pelo grasoso, como si no se lo hubiera lavado en semanas. Temo seguir mirando las demás butacas, pero debo hacerlo. Llego hasta la siguiente fila, y descubro allí a los guardias: Bark, que me marcó; Funar, June y Tony, el hombre de seguridad que lo presenció todo.

En la primera fila están los chicos de la escuela: Natasha, Logan, Gavin y Colleen. Los observo desvalidos con sus batas rojas, no como la última vez que los vi, cuando me ataron y me desnudaron para contemplar mis marcas. El aroma a menta que flota en el ambiente hace que sienta náuseas. Es el mismo olor que despedía Crevan.

Me avergüenzo por sentir satisfacción contemplando a los que abusaron de mí no hace tanto y fotografiaron mis marcas. Fue un acto malévolo que selló su destino. Siento algo más de simpatía por Colleen, al fin y al cabo crecí con ella. Vivió toda la vida en la casa frente a la mía y era amiga de la familia, recuerdo jugar con ella cuando éramos pequeñas hasta el fatídico día en que su madre, Angelina Tinder, fue arrestada y marcada como imperfecta en el último Día de la Tierra que cambió nuestras vidas. No es que disculpe lo que ella me hizo, pero lo que motivó a Colleen fue el dolor, no la pura maldad, como los otros. Me alegra no encontrar al abuelo, otros miembros de mi familia o a Raphael Angelo en esta sala.

Nadie aquí puede ayudarme, ni siquiera perciben mi presencia. Me he quedado demasiado tiempo. Oigo las voces de los soplones en el pasillo, diciéndole a Tina que se niegan a seguir escuchándola.

—Nunca se enterará, Tina. Le diremos que lo hemos vuelto a repasar y ya está —dice uno de ellos, mientras Tina intenta retener inútilmente su atención.

Pierde la batalla. Los guardias ya se han bebido su café y empiezan a dispersarse.

Me he quedado sin tiempo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.